domingo, 6 de septiembre de 2015

Hola

Eran imprescindibles sus "Hola" todas las noches, siempre conseguía sacarme una sonrisa con tan sólo ver su mensaje. Es más, recuerdo que teníamos siempre una media hora para hablar, a veces se alargaba un poco pero normalmente era la mejor media hora del día, a las 23:00 para ser exactos.
Hasta entonces mi móvil no adquiría ningún tipo de importancia, a partir de esa hora si porque sabía que habría un saludo en la pantalla o una respuesta al mío.
¿Cómo pueden las personas cambiarnos el estado de ánimo en tan poco tiempo? Podía haber tenido el peor día del mundo que él siempre sabía como hacerme sentir mejor, sólo con ese simple "Hola" yo ya me sentía tranquila y feliz. Me estaba convirtiendo en la persona más vulnerable del mundo si se trataba de él, inconscientemente necesitaba un mensaje suyo todas las noches para dormir, aunque sólo fuera uno y no más, lo necesitaba.
Cada día era mucho más especial, hablábamos de boberías o de cosas serias según nos cuadrara el día, total, en un principio, simplemente queríamos retomar una amistad que acabó en mucho más. Recuerdo que fue una de las primeras personas en comprender que yo no me sentía tan bien como debería, notaba que se preocupaba por mi sino ¿quién habría tenido la paciencia de hablar noche tras noche durante cinco meses? Era increíble, todo en él siempre fue y sigue siendo increíble.
Y aún sigo esperando cada día ese mensaje y seguramente no deje de hacerlo en mucho tiempo.

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